El senador declaró en 2017 no tener propiedades en Estados Unidos, pero en 2025 reconoció tener cuentas bancarias y un departamento en Houston.
En 2017, Adán Augusto López negó públicamente tener propiedades o cuentas en Estados Unidos. Dijo de forma tajante que no poseía nada en ese país, cerrando la puerta a cualquier señalamiento sobre bienes fuera de México. Su discurso era claro: no tenía relación patrimonial con el extranjero.
Ocho años después, el ahora senador reconoció que sí tiene vínculos financieros con Estados Unidos. Admitió que posee dos cuentas bancarias y un departamento en Houston. Dijo que estos bienes forman parte de una herencia familiar que recibió tras la muerte de sus padres.
Esta declaración contrasta de forma evidente con la postura que sostuvo en 2017. Entonces negaba cualquier bien fuera del país; hoy los asume como parte de su patrimonio. La contradicción ha llamado la atención y levantado dudas sobre la veracidad de sus versiones pasadas.
El argumento de que los bienes son resultado de una herencia no despeja del todo las sospechas. Si en 2017 ya existía la expectativa de recibirlos, ¿por qué negarlos de forma tan rotunda? Y si no los tenía aún, ¿por qué ahora aparece todo perfectamente definido y registrado?
La falta de claridad en las fechas y el origen exacto de los bienes alimenta la desconfianza. No se han presentado documentos oficiales que respalden sus declaraciones recientes, ni se ha explicado de manera precisa el proceso de sucesión que supuestamente le dio acceso a esos recursos.
Hasta el momento, Adán Augusto no ha ofrecido una explicación completa sobre el cambio en su discurso. Las preguntas siguen en el aire y su silencio solo profundiza la percepción de que algo no cuadra entre lo que dijo antes y lo que ahora reconoce abiertamente.
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