21 de septiembre de 2024 (14:46 hrs).-Una mujer y sus dos hijas menores de edad que cayeron de la terraza del café Aquamarino, ubicado en el malecón del Playas de Tijuana, cuando éste colapsó siguen sin poder rehacer sus vidas de manera normal debido a las secuelas en su salud y sin que el dueño del negocio se haga responsable de los gastos médicos.
En los hechos ocurridos hace poco más de un mes, el 14 de agosto, cayeron cinco clientes de la planta alta.
Entre ellos, está Katia Lara y sus dos hijas, una de quienes sufrió una fractura en el brazo izquierdo, mientras que la madre de familia tiene una fractura en la muñeca derecha.
“La niña no puede ir a la escuela, ella no ha podido tener un baño normal, tenemos que bañarla en partes, poco a poco, de baños con trapos, ya que su inmovilidad llega a los hombros, bañarla es muy complicado”, comentó Katia Lara en entrevista con PUNTO NORTE.
La mujer explicó que no puede hacer movimientos cotidianos como escribir, comer, lavarse los dientes, vestirse ni levantar un vaso con agua.
Lo que le ha complicado regresar a sus actividades laborales como maestra de español y de baile, quedándose sin trabajo.
“Me sentí muy ofendida cuando vi que abrieron otra vez (el café) cuando nosotras seguimos incapacitadas, entonces dije, ya basta de tanto cinismo”, manifestó la maestra de secundaria.
Más de 100 mil pesos se han gastado en cirugías y análisis, mismos que Katia ha pagado por su cuenta, pues el dueño del negocio no se ha hecho responsable de los daños.
Tras el colapso, el dictamen de la Dirección de Protección Civil Municipal mostró que el piso del negocio, con más de 50 años de antigüedad, estaba en malas condiciones por la erosión que causó la humedad del mar.
Un día después del colapso, los empleados del café se comunicaron con la abogada de la afectada, pues el dueño “estaba muy ocupado” para confrontar personalmente la situación.
Cuando la abogada logró comunicarse con el dueño, él comentó que “va a apoyar en lo que él pueda”, pero al momento no se ha recibido alguna respuesta.
En lugar de ello, Café Aquamarino reabrió ayer 20 de septiembre con música en vivo y paella.
“¡Ya estoy harta de que a la gente sin sentimientos, mala y desconsiderada le vaya bien, mientras mi hija mi familia y yo seguimos recuperándonos de uno de los traumas más horribles que hemos vivido, con las hijas en terapia y Galia aún incapacitada igual que yo y ellos, ya, celebrando, yo también ya quiero celebrar que puedo volver a dar clases que puedo volver a bailar(a eso me dedico para quien no sabe) pero no! ¡Con trabajos me puedo vestir!! ¡No les importa nuestra salud, pero volvieron a empezar, eso es no tener madre!!!! ”, respondió Katia a una publicación de Facebook que hizo uno de los encargados del negocio para promover la reapertura.
Por lo que la mujer de 29 años expresó a PUNTO NORTE que ya se encuentran buscando “la vía legal” para demandar.
Esto porque los gastos de la recuperación física y psicológica de ella y sus hijas, de seis y nueve años, seguirán aumentando.
La menor que tiene el húmero izquierdo fracturado con inmovilidad hasta el hombro necesita de otra cirugía en ocho meses y tanto ella, como su hermana, acuden a terapia por el trauma de caer de un segundo piso en “un parpadeo”.
“A mi hija más chica le da miedo, el olor a concreto, los pisos inestables y las cosas desconocidas, ambas siempre están alertas”, concluyó Katia sobre las afectaciones que ella y su familia sufrieron.
