23 de octubre de 2024 (20:02 hrs).-El 17 de noviembre de 2008, la tranquilidad de la noche fue rota por una operación que en sus primeros momentos parecía rutinaria, pero que rápidamente se convirtió en un brutal episodio de abuso de poder. Javier Herrera Valles, entonces Coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal Preventiva (PFP), fue detenido de manera violenta y sin el más mínimo respeto a la legalidad.
La escena fue impactante: un alto mando policial, sin orden de aprehensión, sometido bajo amenazas y golpes por sus propios colegas federales.
En medio de la confusión, los policías federales no dudaron en utilizar métodos de tortura física y psicológica, buscando quebrar a un hombre que, meses antes, había osado denunciar lo impensable: la corrupción dentro de las más altas esferas de la seguridad nacional.
El 15 de febrero de ese mismo año, Herrera Valles había escrito una carta dirigida al presidente en turno, Felipe Calderón Hinojosa. En ella, denunciaba la compra irregular de vehículos y la contratación de personal con vínculos al crimen organizado por parte de colaboradores cercanos a Genaro García Luna, entonces el poderoso titular de la PFP.
Las represalias no se hicieron esperar. Aquella carta, lejos de iniciar una investigación justa, se convirtió en la sentencia de Herrera Valles. Su detención, montada con acusaciones falsas, tenía un solo propósito: silenciarlo. El mensaje era claro para todo aquel que se atreviera a desafiar al régimen de García Luna.
RESURGIR DE LA VERDAD
Los años pasaron y, tras un largo proceso judicial, Javier Herrera Valles no solo recuperó su libertad, sino también su honor. Hoy, desde su puesto como director del Centro Penitenciario de Kobén, ha visto cómo la justicia finalmente ha alcanzado a Genaro García Luna, condenado a más de 38 años de cárcel. Sin embargo, Herrera Valles no se detiene ahí. Con firmeza, asegura que la verdadera justicia aún está incompleta. Para él, falta el principal responsable de la estrategia de seguridad fallida y la protección a criminales: el expresidente Felipe Calderón.
Con un semblante sereno pero lleno de determinación, Herrera Valles lanzó un llamado desde su actual posición de poder: que García Luna delate a Calderón. Para él, es la única vía que tiene el exjefe de la PFP para ver reducida su condena. “En los próximos días, veremos más nombres de cómplices salir a la luz”, advierte, señalando que la red de corrupción fue mucho más profunda de lo que el juicio de García Luna ha mostrado hasta ahora.